Un tele 14 pulgadas arriba de una mesita, en el cuarto. Un día me fui al campo y cuando volví estaba prendida. Tenía cable. Lo primero que vi ahí fue La vaca y el pollito. De niño me despertaba temprano los sábados y veía en Warner los dibujitos de Amblin, la productora de Spielberg (AnimaniacsTinyToons¡Fenomenoide!PinkyElvirayCerebro). También en esa tele, a los once años, vi los 180 minutos de El barbero de Siberia.
Ahora: tendría 15, 16 años. Era, o soy, un poco insomne. Me quedaba muchas noches haciendo zapping. Así vi Bajos instintos. Otra madrugada pesqué Factory Girl. Sienna Miller hace de Edie Sedgwick, Guy Pearce de Andy Warhol. Dicen que Dylan le dedicó a Edie por lo menos dos canciones: “Like a Rolling Stone” y “Leopard-Skin Pill-Box Hat”. Pienso que “Style it Takes” habla de ella. No sé si esa película es buena, no la volví a ver. Tengo, sin embargo, en mi mente algunas imágenes: Andy con una de sus superstars (Nico o Holly, supongo o con Ondine, el que le puso Drella), respondiendo a medias una entrevista (¿o era Ultra Violet? ¿o era Candy Darling, a quien está dedicada “Candy Says” y cuya foto en el lecho de muerte ilustra la tapa del maravilloso disco I’m a bird now de Antony and the Johnsons?); una moto; un papá rico.