martes, 22 de septiembre de 2015

Los extranjeros - Viva la matria (2015)


Los Extranjeros son mi banda preferida en este país, y todo lo que pueda escribir ahora estará condicionada por esta situación, que escapa de mi, que me supera. De alguna forma Los Extranjeros me gustan, pero entiendo también que ellos gustan de mi. ¿Los motivos? Desconozco. Me imagino que la música que hacen remueve cosas dentro mio, pero en el fondo recubro el placer de escucharlos con una estructura ideológica que me lleva a pensar que mi escucha no es inocente, que mi apoyo y difusión tiene un motivo noble o trascendental. Hablo de lo siguiente: Los Extranjeros son los descendientes directos de Malpaso, una banda que también me gustaba y que se cansó del anti éxito que se practica en esta ciudad, hastiados de la máxima cortobuscagliana, del sponsoreo post mortem, simplemente se despidieron de la escena. Una escena en donde ellos hoy podrian tener el faking reconocimiento que al parecer querian tener. Ya era. Se separaron. Y nacieron Los Extranjeros, se habran cansado de esa mierda tagera que los comparaba con la pequeña orquesta, andá a saber. Y cuando todo pintaba para esa mezcla intimista y sensible, para ese monstruo inabarcable que nos fuimos a enterar que era el indi, simplemente iniciaron una carrera contra corriente. Escogieron un nombre paradojal y significativo. Los Extranjeros no hacen música extranjera desde una óptica bonaldiana, pero a su vez son forasteros en la movida que los pudo haber contenido. En algún sentido tampoco son montevideanos. Desde su mismo nombre proponen la alternidad, se paran en la linea del frente. El principismo artístico que planteaban fue lo que me engatusó. Y todo fue amor. Dos años de amor. De declaraciones públicas. De espalda con espalda. De amaneceres furiosos bajando la falopa con el Subiendo la cuesta. De ducha, mate y arrancar pal laburo.
Teniendo presente esto, lo del último disco, Viva la matria, fue un puñalada al corazón. La tapa me hizo acordar al Ritmo del barrio de la Abuela Coca, mala señal. Arranca con una guitarra eléctrica que parece la de Loquillo en esa que dice que nunca fue a L.A.


Guitarra eléctrica en un disco de Los Extranjeros, algún día tenía que pasar, puta modernidad volver al siglo XIX, como decía un graffiti por ahí. Sigue con uno de los temas mas lindos de Violeta Parra, ¡hay esperanza!  
Susana es el tercer tema y me recuerda algunos de los buenos temas que me engancharon , como El ómnibus del primer disco. Esas canciones que relatan historias, por lo general desconsoladas y lo eléctrico ya deja de molestarme, intento adaptarme a esto, para no perder el romance.
El cuarto tema ¿Dónde se habrán ido? es una adaptación de unas coplas de Borges, que no están nada mal. Van bien. Yo qué sé, ya estoy entregado. Un tema gaucho.
Luego suena Como Quiroga en Misiones, que tiene una estructura melódica idéntica a un tema de otro disco de ellos mismos que ahora no se me viene a la mente, es cortito e intrascendente, pero igual no me importa.
El alma es el mejor tema del disco y espiritualmente me recuerda a otro tema de ellos Mirá las aves del cielo. Sería como una continuación de aquél y pienso que los temas existenciales es lo que mejor les sale, una canción que me haría llorar en el Copsa mirando por la ventana volviendo a mi casa. Creo que hay una mandolina por la vuelta y una especie de charango. Qué lindo tema, ¡La puta madre! Vale el disco entero.
Con el siguiente, Cómo explicarle el folclore a una liebre muerta, me viene a la mente ciertos ambientes que suelen sucederse en los discos de Los Álamos. Un tema distorsionado, neo-folk al palo, una reinvención de conceptos, modernista y arcaico, una joya en un disco que se va terminando y todavía no entiendo bien si me apasiona locamente o lo detesto.
Y finalmente el final, el tema que da nombre al disco: Viva la matria, un tema asqueante por sus intenciones progres coyunturales, un tema hashtagero, para entrar en consonancia con las reivindicaciones feministas. Si algo debo rescatar es que desde Viviendo en Uruguay de Los Traidores, no sé escuchaba una especie de reinvención del himno sacrosanto de este bendito país que supuestamente no se puede reversionar. Me quedo en blanco.
Si este disco fuera una novia sería esa gauchita que te encantaba y un dia te dejó y se volvió sofisticada, y vos lo aceptas, porque si tantas alegrias te dio a vos, por qué mejor no dejarla ir y que haga feliz al resto.

Aliosha




1 comentario:

  1. Auto definirse Los Extranjeros sonando mas uruguayo que los propios locales es bien de uruguayo.

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