lunes, 23 de marzo de 2015

John Cale - Fragments Of A Rainy Season (1992)


Voz, guitarra, piano. Fragments Of A Rainy Season no es un disco minimalista. El desborde está siempre acechando. La ruptura de las leyes que sólo él, el Legislador, puede romper. "Guts" es un auténtico prodigio. Le sigue el exceso de "Fear", con algo del "Bolero" de Ravel; un éxtasis que se va produciendo, que se interrumpe en pasajes de virtuosismo y desenfreno y que finalmente se ahoga en aullidos y pianos aporreados y susurros.
La complejidad musical de John Cale está siempre acompañada por una lírica poderosa y oscura que toma textos de Dylan Thomas (tres poemas uno tras otro que una vez me hicieron traducir "Lie Still, Sleep Becalmed" y "Do Not Go Gentle Into That Good Night" como si fueran uno), o el clásico más clásico de Leonard Cohen y los transforma. Una dicción que transforma las palabras, que las saca (tesoros, clamores) de su abulia. Cuando se pasa a la guitarra, el espectáculo (el disco fue grabado en vivo en Bruselas) toma una impronta nueva. Las canciones pasan una tras otra con fluidez casi feliz. "Ship Of Fools" abre esa sección que cierra la inmejorable "Thoughtless Kind", que evade toda comprensión para el insensible. Los fragmentos (cortados, puestos) se suceden como destellos. Se superponen en historia y en voces, en recitados y en los ecos de otros (muertos, ahora o entonces). Es imposible no pensar en las versiones originales de los temas cuando los oímos en vivo o grabados en esas circunstancias. No en vano Joseph Kosuth fue el encargado del arte del disco. Su obra más famosa, One and Three Chairs, pone en cuestión los conceptos de realidad, verdad, idea y cosa. Lo original (¿cuál silla es...?) se contamina de lo segundo (en tanto no-original) y aun de lo tercero. Esto plantea, desde un punto de vista, un problema. ¿Cuál es, por ejemplo, la versión original de "Heartbreak Hotel"? ¿La de Elvis? ¿La fantasmagórica y perfecta versión que grabó Cale en Slow Dazzle, de 1975? ¿La que grabara, acompañado por una banda y con una moña dorada, en vivo en 1981? Mejor es, tal vez, pensar que la originalidad (en este sentido estricto de la palabra, no en otros ni en todos) de una obra es absolutamente trivial. El cover es, de alguna forma, la única forma de la canción. Las palabras, repetidas, cambiadas o en desorden se superponen y se amplían; las notas, los gritos y la contención de los gritos, las distorsiones o su contrario, el elemental rasgueo de la guitarra, los coros que no están (Lou Reed en "Style It Takes"), la presencia o la ausencia de cualquier signo de aquello que no fue o que fue nos incomoda y desconcierta. La cuarta o quinta vez que oigo "I Keep A Close Watch", reiterada a través de la obra de Cale en por lo menos tres oportunidades (por primera vez en Helen Of Troy, luego en Music For A New Society, más alguna otra versión en vivo) ya la canción no tiene identidad, una sombra de esencia que dice soy se deja oír. La originalidad es su evasión, su sorpresa, su vanguardia y su gesto contra el malsano conformismo. “I” por “We” es la auténtica variación. No hay creación humana más aniquiladora que la música. La lluvia (y tormenta, auténtica purga) abre y cierra el disco; la cita de Macbeth (en la portada) funciona como inscripción, como máxima. Que pase lo que deba pasar. La aceptación del destino, en boca de un asesino que responde a su instantánea víctima.

Si este disco fuera un viaje, fue un larguísimo trance en ómnibus al doblemente doloroso Hollywood mental.

Francisco Álvez Francese

2 comentarios:

  1. Genio! Voy a hacer un blog con intelectuales vanidosos que escriban a su antojo sobre vos.

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